Noticias

23/12/2009 La imagen de América Latina en España se deteriora

Javier Lafuente- Madrid - 23/12/2009

Uno de cada tres españoles, el 33% de la ciudadanía, piensa que en España se tiene una percepción negativa de América Latina. Así lo constata el barómetro anual de la Fundación Carolina y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), presentado este lunes en Madrid, que alerta de un deterioro de la imagen de la región en España, a pesar de que el porcentaje de los españoles que declara tener una mala imagen de la región es del 23%, mientras que el 45% tiene una buena imagen.

La secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, ha argumentado que el ciudadano percibe una enorme desigualdad en la región entre ricos y pobres. "Resulta difícil comprender que, a pesar de haber logrado unos buenos datos macroeconómicos en medio de una crisis financiera, las desigualdades sigan siendo tan grandes. Se necesita un cambio de las políticas de redistribución de las riquezas por parte de los Gobiernos", ha recalcado Rodríguez.

Más allá del razonamiento oficial, hay otros factores, más políticos, que pueden haber influido en la percepción de ese sector de la población española, como los excesos de demagogia de ciertos dirigentes o la percepción de inseguridad jurídica por parte de algunas empresas.

Además de esa mala imagen, en la encuesta se observa un cierto desplazamiento del interés de los españoles hacia la región en beneficio de Estados Unidos. La llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, y en general todo el proceso electoral, son los principales argumentos de ese creciente interés. La secretaria de Estado no ha considerado que se trate de un dato preocupante. "Es lógico, Estados Unidos está presente en todas las decisiones que se toman, sus asuntos tienen un interés de escala planetaria". La Unión Europea sigue abarcando el principal foco de interés en los asuntos internacionales.

Donde sí tiene más relevancia España que Estados Unidos es en la ayuda que destina al desarrollo de la región. España se consolidará a final de este año como el primer donante de América Latina. Aunque puede aumentar, la cifra aproximada que a día de hoy baraja la Secretaría de Cooperación es de 1.400 millones de euros, por encima de los 1.000 millones anunciados por Estados Unidos. El año pasado, Madrid destinó 1.369 millones, frente a los 1.297 millones de Washington. El Fondo del Agua, un proyecto español vinculado a la mejora de la gerencia de este líquido y el saneamiento para ayudar a los países latinoamericanos, es una de las principales razones de esta consolidación.

Los buenos datos, sin embargo, no van de la mano de la percepción ciudadana. El barómetro constata que el 71% de los españoles está de acuerdo en que se debe cooperar, aunque hay una cierta tendencia a la baja si se tiene en cuenta que ese porcentaje, en 2005, era del 84%. Es más, los españoles prefieren claramente (69%) garantizar su propio bienestar antes que ayudar a los países menos desarrollados (29%). Todavía más paradójico resulta que a pesar de estar convencidos de que la ayuda al desarrollo es importante, el escepticismo sobre la utilidad de esa ayuda es preocupante: el 58% cree que sirve de poco o nada, mientras que sólo el 35% cree que la cooperación ayuda mucho o bastante a resolver los problemas.

A pesar de ello, la secretaria de Estado ha querido recalcar la "solidaridad y el compromiso" de los españoles, que siguen a favor de que el 0,7% del producto interior bruto (PIB) se destine a la cooperación y que incluso en época de crisis, casi la mitad de la población (45%) esté a favor de que se mantengan invariables los recursos destinados a la ayuda al desarrollo. No obstante, los partidarios de reducir ese monto de dinero han pasado en un año del 21% al 29%, algo que Rodríguez ha reconocido que hay que evitar.

Acerca de la imagen que tienen las empresas españolas en la zona, la opinión general es que su actuación favorece la imagen del país. Sin embargo, el barómetro constata algo alarmante y es que el 44% de la población cree que actúan con un menor grado de responsabilidad social y medioambiental en la región que cuando lo hacen en España. Soraya Rodríguez ha animado trabajar en este sentido, ya que "habiendo mejorado las relaciones de las empresas, la percepción de la ciudadanía no ha cambiado".