JUAN ARIAS | Río de Janeiro 20/11/2009
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha sabido una vez más dar evidencias de su gran olfato político al adelantarse a los otros países y presentar una propuesta de reducción de gases de un 38,9% para la importante reunión sobre el clima en Copenhague en diciembre.
Ello ha llevado a Yvo de Boer, Secretario General de la reunión sobre el clima de la Organización de Las Naciones Unidas (ONU), a afirmar ayer al diario O Globo que "Brasil será central en las negociaciones de Copenhague".
Para el mandatario de la ONU, Brasil, además, como país que cuenta con la Amazonia, podrá ofrecer soluciones al mundo sobre la destrucción o salvación de la selva. De esta forma, Brasil se presentará en Copenhague como líder de los países en desarrollo, deseosos de cooperar con el resto del mundo en la disminución de CO2 ayudando a salvar el Planeta.
El compromiso voluntario de Brasil de reducir la emisión de CO2 en casi un 40% fue incluido el jueves en la Política Nacional sobre el Cambio Climático que está en trámites en el Congreso. A pesar de las resistencias iniciales de algunos políticos que preferían que el compromiso de Brasil no apareciera en dicho documento, la senadora Idele Salvati, lider del Partidos de los Trabajadores (PT) la presentó oficialmente y ya ha sido aprobada por la Comisión de Infraestructuras del Senado, un paso fundamental para la aprobación definitiva. Salvati espera que la aprobación tenga lugar antes de la reunión de Copenhague para que Lula pueda llevar el documento debajo del brazo.
Lo que desea Brasil es llegar a la Conferencia mundial del clima y poder decirle a la delegación americana: "Nosotros no sólo podemos, sino que hacemos", dijo la líder del PT, emulando la famosa frase del Presidente Barack Obama cuando ganó las elecciones: "Yes, we can".
Los Estados Unidos van a dedicar a la defensa de la Amazonia brasileña buena parte de los 275 millones de dólares destinados a la preservación de las florestas del mundo, cuya destrucción supone el 12% de los gases CO2 que se producen en el planeta. El financiamiento ayudará también a salvar las florestas del Congo. La financiación saldrá de los 1.200 millones de dólares de un fondo para programas internacionales que está siendo analizado por el Congreso americano.